lunes, 12 de enero de 2009

Apuntes de un ser carente de dignidad

Después de tanto dar vueltas entre carruseles del recuerdo que rechinan y no dan tregua a la calma,he logrado dar a cuenta que mi verdad no descansa en mi cuerpo y que el placer de sentirme solo mió se me a negado desde ya casi 10 años, por qué? qué paso?,fue jugando una tarde en lo espeso del campo que envolvía mi casa en el distrito de Cofico a orillas del Río Suquia, densa tarde aquella en que mi entrañas devolvieron hasta el ultimo suspiro vació de mi bilis y el cerebro de una mayoría, que ahora me parece absurda y que ahora maldigo,balbuseaba obscenidades que esta vez parecían altruistas al lado del buen alcohol que ahora es tierra y de la tierra bilis.
Por que es así como uno una tarde deja de pertenecerse, por que la dignidad del que arriesga sus días por un resto que parece importante, ya no solo deja de pertenecerse por el echo de entregarse, sino, que pasa a ser dominado por ese resto que se aburre del eterno y chupa la mano del servidor a sabiendas que la esta preparando y suavizando para un banquete de vino y semillas, que solo los seres a los que podíamos dominar, pueden preparar a base de nuestra carne y nuestra sangre.

Sin importancia alguna uno camina entre los arrodillados y los que piden con ojos de real necesidad, y es que la inteligencia acaso no nos vuelve otros y el recuerdo del hombre sin su tallado es solo un par de rizos largos y una mamadera caliente bien servida.
Si solo pudiéramos organizar los años a la misma velocidad que a los 12 y pensar en un futuro que cada vez parece más lejano a nuestros días y a nuestra vida, por que tenemos que entender por vida: una porción de espacio racional que nos rodea aquí y ahora, por que el pasado es recuerdos y el futuro en estos días no es más que sueños,y no como los que Freud estableció en su firme teoría, sino como aquellos que encendemos al abrir nuestros ojos y a los que solo esperamos sin movernos para no perderlos. Así es como el ser bondadoso se aferra a sus sueños por que de ellos fluye su bondad y por que de ellos se vuelve adicto, no es como aquel que pasa y da una moneda o un pedazo de pan,él sufre sin saberlo un calvario digno de aquellos que no controlan su vida y, como a un personaje de colores, se lo maneja del lado de los que más macabros y transilvanicos son.

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