sábado, 29 de noviembre de 2008

Carrusel

Es ahora que es recuerdo ese tiempo en el que reía en Córdoba, es el recuerdo de mis risas el que ahora produce nostalgia.Por que en Córdoba yo dormía con mi hermana sin problemas, por que el cuarto era pequeño y bajito pero igual yo me reía con mis pensamientos, Górdoba era el arquero gordo de Belgrano, por que Belgrano era el equipo de mi padre.
Las manzanas no llegaban al suelo en esos días en que tenia tiempo para esperarlas y llegaban jugo y sumo a la pileta del parque Las Heras,es así como yo pasaba algunas tardes saltando en la esquinita más angosta del balcón de mi casa, riéndome, ese balcón que luego fue escena de mis amenazas globo en mano, por que crecí y el balcón me quedo chico.

En el Sarmiento a las madres les gustaba salir con sus trajes de baño a los juegos mecánicos pero a mi madre, que por ese entonces no superaba los 30,le daba vergüenza subir al gusanito en traje de baño entero,a mi me parecía bien por que admiraba mucho a la salvavidas de verde que siempre se sentaba a buscar niños ahogados en la parte menos profunda, no era un buen final.

Por esos días a mi hermano le encantaba aguantar la respiración mientras lloraba, se ponía frente al espejo de la sala y estallaba en un llanto mudo, la garganta se le hinchaba y los ojos se llenaban de venas pequeñitas, a mi madre se le daba por cargarlo y pedirle que deje de hacerlo, pero su pena era mucha y no podía evitarlo, estoy seguro que de buena fe él se hubiera aguantado pero le gustaba que lo cargaran.
A mi padre no le gustaba mucho estar en casa y me parecía raro por que tenia entendido que él la pagaba, llegaba siempre cansado y con una barba grande, nos abrazaba primero se quitaba su polo blanco y quedaba solo en jeans y sandalias, luego se lavaba las manos y la cara con la puerta abierta para luego salir y acariciarnos con los pelos de su barba,la cara nos picaba pero tener su cara así de cerca era único.
A mi abuelo no le gustaba leer echado y siempre se sentaba en algún lado, luego sacaba un manojo de frijoles de su escritorio y los tiraba encima, una baraja de casinos rojos y sus lentes, así me enseñaba los números y así se divertía, por que mi abuelo era profesor de números y a mi me gustaba que el me enseñara.Tambien se ponía trajes plomos para salir 30 minutos al parque.
La televisión no me llamaba mucho la atención así que por esos días me dedicaba a reir.

A esperar las manzanas me enseño David que era gordo y vegetariano, sedentario y arquero de Belgrano, a él lo conocí en una de las pensiones donde vivía un tío que nunca estaba tranquilo, le gustaban los fideos y el vino.
Un día se nos dio por bañarnos juntos y a todos les impresionaba nuestra actitud relajada, por que David tenia celular .

La plata no me importaba, pero si me gustaban las cosas y las quería a casi todas, quería pelota de Bascket, quería aro de Bascket, queria jugar en el parque.
En el parque había cajas de vino y una calesita hermosa que no me gustaba,habia una pileta grande con arcos de fútbol y otra pequeña con mucha agua.
Las nubes causaban dolores de columna a un señor que no tenia casa.
En la plaza San Martín había un observatorio de lunas oscuras y a mitades iguales, por que las enteras tenían mucha luz, pagabas y dejabas el pancho y la gaseosa en los asientos redondos de la peotanal,luego ponías tus manos atrás y el ojo en el tubo.La luna siempre me gusto, una vez camine tanto por el río Primero que llegue a la laguna de Mar Chiquita y pude verla de cerca,la luna me miro con su cuerpo rojo, yo le pregunte por la luz blanca que tanto molestaba en la Plaza San Martín, no me dijo nada y dio vuelta a la mayoría de sus continentes dejándome solo ver un cráter como los que veo por el telescopio.

A mi hermana le tenia siempre algo que decir y a ella le gustaba responder,la hacia cómplice de todo lo que hacia, de lo malo y de lo malo, una vez pusimos la cama frente a la ventana que daba a la puerta de nuestro vecino Martín y nos echamos como angelitos a ver como sus amigos sacaban sus discos de Cuarteto y la radio, sus videos y la cafetera, el mate y la parrilla, la tele y un ventilador nuevo, Martín esa tarde llego borracho con todos sus amigos y no tenían música, ni mate por ultimo, por que almenos un poco de mate lo hubiera calmado.Martin por esos días consiguió trabajo en la cafetería de Jardín Florido y con mi hermana siempre íbamos a tomarnos un jugo de plátano con leche, por que Martín era bueno y nosotros lo suficientemente educados como para merecernos un jugo.

Una tarde mis papas querían estar solos y nos mandaron a los 3 a jugar a Sacoa,a mi no me molestaba subirme a la nave y matar gente, lo que me molestaba era salir con mis hermanos de la mano, por que ya no eran mis hermanos, por que parecíamos una familia pequeña.
Siempre que quería algo me lo encontraba, así fue que me subí al simulador por primera vez un día que mi madre no tenia para las fichas, salí triste y me senté con las manos en la cara en un jardincito brillante por el radiante verano, llorando busque una ficha y la encontré.
Cuando mi primito ahora grita yo no lo escucho por que yo tenia un hermanito que lo hacia con pasión, ahora que mi barba esta crecida y mi hermana anda de uniforme de 6am a 10pm,por que es ahora que las nubes no le causan dolor a nadie y mi madre ya no se sienta a esperar a mi lado mientras lloro, por que ahora escribo cuando me siento triste.

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